Copyright©Todos os Direitos Reservados 2007-2017 Jesuseapalavra.com
Lección de Escuela Sabática
LAS BENDICIONES DE DIOS
Como vimos en Mal. 3:10 ( CB ) , Dios prometió una gran bendición a los que son fieles con su diezmo. Sin embargo, la bendición de Dios no es unidimensional. Por ejemplo, enfatizar la acumulación de bienes materiales como una bendición, en detrimento de todo lo demás, es una visión muy limitada de lo que realmente es la bendición de Dios.
La bendición en Malaquías es tanto espiritual como temporal. El significado de la bendición de Dios se evidencia mediante la salvación, la felicidad, la paz mental y en el hecho de que Dios siempre hace lo que es mejor para nosotros. Además, cuando Dios nos bendice, nos vemos obligados a compartir esas bendiciones con los menos afortunados. Hemos sido bendecidos para bendecir a los demás. De hecho, a través de nosotros, Dios puede extender sus bendiciones por todas partes.
Lee 1 Pedro 3:8 y 9 ( CB ) . Según Pablo, ¿qué relación hay entre recibir bendiciones y ser una bendición para los demás?
Hay una doble bendición en diezmar. Recibimos bendiciones y somos una bendición para los demás. Podemos dar de lo que recibimos. Las bendiciones de Dios, que recibimos internamente, alcanzan a los demás externamente. “Dad, y se os dará; [...] porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir” (Luc. 6:38).
Lee Hechos 20:35 ( CB ) . ¿De qué manera esto también se aplica al diezmo? La mayor bendición que el diezmo nos imparte es confiar en Dios (Jer. 17:7 ( CB ) ).
“El sistema especial del diezmo se fundaba en un principio que es tan duradero como la Ley de Dios. Este sistema del diezmo era una bendición para los judíos; de lo contrario, Dios no lo habría dado. Así también será una bendición para los que lo practiquen hasta el fin del tiempo. Nuestro Padre celestial no creó el plan de la benevolencia sistemática para enriquecerse, sino a fin de que fuese una gran bendición para el hombre. Vio que este sistema de beneficencia era precisamente lo que el hombre necesitaba” (TI 3:444).
Piensa en las oportunidades en las que el Señor te ha bendecido cuando alguien satisfizo tus necesidades... Ahora, piensa en formas en las que puedes ir y hacer lo mismo con otros.